Tras ver en clase varios currículums sobre conductas problemáticas, y ver junto a mi compañera María cosas que jamás imaginaríamos, como una canción dedicada a una compañera llena de insultos, la verdad es que se me vino a la cabeza una anécdota que contrae una reflexión:
En el año 2000 creo recordar, comencé la E.S.O. en el instituo La Sisla, en Sonseca. El edificio había sido terminado a la carrera, y obviamente sus cosas mal hechas tenía.
Resulta que en el segundo curso, los azulejos de las paredes comenzaron a caerse, no estaban bien sujetos en ningún aula. Perdón, con ningún aula me refiero a ninguno, excepto el mío.
Los demás cursos se marchaban a casa una semana, por el tema obras, y nosotros veíamos que aquello no se desprendía. Pues bien, por interés común, se nos ocurrió levantar las juntas, y hacer palanca con los percheros durante los descansos entre clase y clase, hasta que logramos tirar la mayor parte del chapado...
En este caso, las miradas de sospecha (los profesores tontos no son) fueron hacia los alumnos mas problemáticos de la clase, cuando en realidad habíamos sido todos. Es decir, la conducta disruptiva continuada de un sujeto puede ser aprovechada por el resto, y así ocurrió en este caso.
Por tanto, a pesar de que a veces unos llevan la voz cantante, en realidad todos a esas edades tenemos ese toque de travesura, solo que no todos lo aplican a interrumpir una clase. Y este tipo de historias, jamás serán sabidas por el profesor, son las típicas historietas que quedan entre compañeros, pero que jamás serán contadas en un parte disciplinario, a pesar de que tuvo mas consecuencias que muchas de las sanciones que ese año se pusieron.
Asi que ya sabéis..no es oro todo lo que reluce, y no siempre miréis a los habituales como responsables de todo, aunque vuestro instinto os diga que tiene todas las papeletas..
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